La iniciativa Yasuní ITT: ambicioso plan de Ecuador contra el cambio climático

La Ministra Coordinadora de Patrimonio de Ecuador, María Fernanda Espinosa, presentó el proyecto Yasuní-ITT en la Secretaría General Iberoamericana, el jueves 30 de septiembre. La iniciativa ambiental Yasuní-ITT, en la que el país andino se compromete a no explotar un gran yacimiento de petróleo a…

La Ministra Coordinadora de Patrimonio de Ecuador, María Fernanda Espinosa, presentó el proyecto Yasuní-ITT en la Secretaría General Iberoamericana, el jueves 30 de septiembre. La iniciativa ambiental Yasuní-ITT, en la que el país andino se compromete a no explotar un gran yacimiento de petróleo a cambio de una contribución económica internacional, es un ambicioso plan para preservar la enorme riqueza natural de la zona. El Secretario General Iberoamericano, Enrique V. Iglesias, apoyó la presentación en la que también estuvieron presentes el Embajador de Ecuador en España, Galo Chiriboga, y el Coordinador Ejecutivo de la Oficina del Fondo Fiduciario de Donantes Múltiples (MDTF Office) del PNUD, Bisrat Aklilu.

Yasuní-ITT es un proyecto en el que Ecuador se compromete a mantener indefinidamente bajo tierra 846 millones de barriles de petróleo de los yacimientos amazónicos Ishpingo, Tambococha y Tiputini (ITT) y evitar así la emisión de 407 millones de toneladas de CO2. A cambio pide a la comunidad internacional (estados, empresas, organizaciones y particulares) 3.600 millones de dólares en el curso de 13 años, una suma equivalente a la mitad del dinero que obtendría de la explotación de esos campos de petróleo.

Al evitar la emisión del dióxido de carbono resultado de la quema de combustibles fósiles, Ecuador protegería también una de las zonas de mayor biodiversidad del mundo, explicó la Ministra.

Ese fondo o contribución económica “Yasuní” sería administrado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y se invertiría en Ecuador en la conservación medioambiental, el desarrollo social y la protección de las tribus indígenas de la zona.

Según la Ministra, también se emplearían progresivamente las aportaciones en la renovación energética, aprovechando el potencial hidroeléctrico de Ecuador, y en programas de eficiencia del uso de la energía. La meta, agregó Espinosa, es que Ecuador pueda “pasar de ser una economía extractiva a una economía de desarrollo sostenible”. Es, subrayó, “una iniciativa para cambiar la historia”, que debe entenderse en el “proceso de negociación” internacional sobre el cambio climático.

Espinosa reconoció que la crisis económica internacional puede suponer un aparente obstáculo para la contribución al fondo Yasuní, pero recordó los compromisos que en materia conservacionista han adoptado los Gobiernos de los países más desarrollados.

También destacó que tras la preservación de la biodiversidad hay “enormes intereses económicos” en la industria de la información, la biotecnología y el ecoturismo.

En este sentido, dijo Espinosa, “Latinoamérica es una superpotencia de la biodiversidad” cuya eficacia, en el caso ecuatoriano, pasa por “repensar el modelo de desarrollo”. Actualmente, más del 40 por ciento de los ingresos de Ecuador vienen del petróleo, y los yacimientos de ITT equivalen al 20 por ciento de las reservas totales de crudo del país.

Espinosa explicó que los Certificados de Garantía Yasuní, que recibirían los contribuyentes del citado fondo “no devienen intereses ni tienen fecha de vencimiento” y, si un Gobierno ecuatoriano decidiera explotar esos yacimientos, “se devolverían esas cantidades”.

La Ministra subrayó el compromiso español en iniciativas de protección medioambiental, pero reconoció que hasta la fecha no hay un monto concreto sobre su contribución al Fondo Yasuní.

Hasta el momento, sólo Chile ha depositado 100.000 dólares en el fideicomiso internacional creado con el mencionado respaldo del PNUD para recoger las aportaciones internacionales. Se están recibiendo numerosos donativos de particulares, en un flujo espontáneo que no cesa de crecer.

Espinosa instó a los gobiernos a dejar a un lado sus recelos y mencionó su visita a Alemania, anterior etapa a Madrid, que calificó de “muy positiva”, al reiterar los principales partidos políticos su apoyo a la iniciativa.

También reconoció el papel “vital” que está jugando la sociedad civil en la difusión y puesta en marcha de la iniciativa Yasuni, en concreto las ONG implicadas en la protección medioambiental.

“Es una inversión estratégica para garantizar la seguridad humana” en el planeta, cuyo futuro, recordó, “está en riesgo”.

Por su parte, el Secretario General Iberoamericano destacó que esta es una iniciativa histórica y pionera, que constituye un esfuerzo solidario de todo un país para preservar la biodiversidad de la zona e invertir los recursos en energías renovables. Es también el compromiso del pueblo ecuatoriano para la salvaguarda de los pueblos indígenas que habitan en la zona. La SEGIB desea asociarse a este mensaje ético, en el que hay un llamado al mundo entero y que constituye un gran ejemplo de solidaridad.

 

 

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