El Papa Francisco se ha sumado a las muestras de apoyo y a las felicitaciones que la comunidad internacional ha transmitido a los países participantes en la XXVII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno que se celebra en Andorra.
En una carta dirigida a la secretaria general iberoamericana, Rebeca Grynspan, el máximo representante de la iglesia católica considera que la pandemia del COVID-19 es una oportunidad para replantear la relación entre «la persona y la economía» y de impulsar un modelo de recuperación más incluyente y sostenible.
En este sentido, el pontífice destaca la necesidad de reformar la “arquitectura” internacional de la deuda y respalda varias de las iniciativas promovidas en la Cumbre, particularmente que Iberoamérica una su voz a favor de un acceso a una financiación externa a través de una nueva emisión de derechos especiales de giro en el Fondo Monetario Internacional y que se alivie “la carga de deuda de los países necesitados”.
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