La charla sobre nuevas perspectivas para una nueva arquitectura financiera internacional la abrió Cristina Manzano, Directora de Relaciones Externas de Segib, que recordó cómo el año pasado el tema estrella de la Cumbre de los ODS fue la necesidad de reformar ese ordenamiento financiero internacional para poder alcanzar las metas fijadas por la Agenda 2030 y afrontar los desafíos del cambio climático y la transición digital. Un año más tarde, el debate sigue vigente.
Para Allamand, la importancia de abordar esa reforma financiera de manera conjunta por parte de Iberoamérica, pasa por la necesidad de dar respuestas al triple desafío (transición verde, digital y crisis social) que vive la región, en un marco complejo, con una economía que no crece de una forma positiva y un alto endeudamiento por parte de los países. «Todos estos asuntos requieren de una nueva arquitectura financiera, tema en el que la región debe alzar una voz sólida y unánime”.
Ignacio Corlazzoli Hugues, Gerente de Movilización de Recursos y Alianzas Globales de CAF, sostuvo que esa nueva perspectiva necesita de una hoja de ruta que impulse un mayor incremento de capital público y privado, nuevos instrumentos financieros y mejor coordinación entre bancos y nuevos actores del Sur Global para responder a temas como la seguridad o las migraciones. CAF como el banco de Iberoamérica, junto con otros multilaterales, tiene un rol fundamental en impulsar esta hoja de ruta.
“Se requiere crear instrumentos financieros que faciliten un mayor flujo de recursos para el desarrollo sostenible de la región. No es una cuestión técnica; es un tema de voluntad política”, afirmó Corlazzoli.
Para avanzar, ambos ponentes coincidieron en señalar la importancia de llegar a las próximas grandes citas para la región, como las reuniones de Otoño del FMI y Banco Mundial, G20 de Río de Janeiro, la Cumbre Iberoamericana de Cuenca y Cumbre de Financiación Sostenible de Sevilla en julio 2025, con una posición firme que incida en la necesidad de crear unos instrumentos renovados que faciliten un mayor flujo de recursos para el desarrollo sostenible y amplíe el acceso que tienen los países iberoamericanos en materia de financiamiento. “Recordando las palabras del Secretario General Iberoamericano, Enrique Iglesias, estas instituciones son más que unos bancos; no es por lo tanto una cuestión técnica, es un tema de voluntad política”, afirmó Corlazzoli.
El Secretario General Allamand también recordó el trabajo ya realizado años atrás por su predecesora, Rebeca Grynspan en cuanto a los derechos especiales de giro. Aparte, en la última Cumbre, los 22 mandatarios aprobaron un Comunicado Especial sobre Arquitectura Financiera Internacional que aboga por una reforma estructural de las condiciones de financiamiento internacional para ampliar el acceso de los países de renta media y baja a recursos financieros para el desarrollo sostenible.
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