El laboratorio «Idea Petate» convirtió durante una semana a Huehuetenango (Guatemala) en un epicentro de innovación intercultural, donde saberes ancestrales y metodologías de diseño contemporáneas se entrelazaron para fortalecer emprendimientos liderados por la comunidad indígena Mam, principalmente por sus mujeres.
Durante una semana, más de 30 personas —incluyendo emprendedoras, facilitadoras, expertas en innovación y actores institucionales— participaron en el diseño, validación y mejora de soluciones concretas para impulsar iniciativas productivas que responden a desafíos concretos, como la sostenibilidad económica, el fortalecimiento de cadenas de valor, el acceso a mercados y la inclusión social.
A diferencia de otros laboratorios, la comunidad no fue receptora pasiva de soluciones, sino protagonista activa del proceso. Para ello, el laboratorio Idea Petate—bautizado así en honor al tejido artesanal que simboliza la unión de conocimientos, culturas y soluciones desde el territorio- empleó una metodología basada en el trabajo colaborativo y el prototipado ágil que busca generar valor desde y para el territorio.
El trabajo articulado con SEGEPLAN permitió una integración efectiva entre las políticas nacionales de desarrollo y los procesos de innovación en territorio. En ese sentido, desde la SEGIB se promovió una visión de innovación centrada en las personas, la inclusión y el respeto por la diversidad, articulando capacidades locales con el acompañamiento técnico de equipos especializados.
Una de las características más relevantes de este laboratorio fue su adaptación a la realidad y condiciones del territorio. La experiencia dejó una lección clave: en los territorios rurales, la innovación no puede basarse en la simple copia de modelos institucionales o tecnológicos diseñados en otros contextos. Por el contrario, debe surgir del diálogo con el entorno, tomando en cuenta las prácticas culturales, los saberes locales y las dinámicas sociales propias de cada comunidad.
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