Las políticas de igualdad étnico–racial en Iberoamérica: el modelo brasileño

Edson Santos, Ministro Jefe de la Secretaría Especial de Políticas de Promoción de la Igualdad Racial de Brasil, hizo una presentación en la SEGIB sobre las políticas de igualdad étnico-racial en su país el miércoles 17 de marzo. Al acto, en el que ejerció de…

Edson Santos, Ministro Jefe de la Secretaría Especial de Políticas de Promoción de la Igualdad Racial de Brasil, hizo una presentación en la SEGIB sobre las políticas de igualdad étnico-racial en su país el miércoles 17 de marzo. Al acto, en el que ejerció de anfitrión Enrique V. Iglesias, Secretario General Iberoamericano, asistieron también Pablo C. de Oliveira Campos, embajador de Brasil en España y Juan María Alzina, Director General de Organismos Multilaterales Iberoamericanos del Ministerio español de Asuntos Exteriores.
El ministro Santos explicó que uno de los primeros actos del Gobierno del Presidente Lula fue, en marzo de 2003, la creación del Ministerio de Promoción de la Igualdad Racial con el objetivo de reducir las desigualdades y conseguir un nivel de bienestar homogéneo para el conjunto del pueblo, a través de políticas coordinadas en todos los campos de actuación de la administración pública. El 50,6% de los brasileños son negros o mulatos, y se encuentran en la base de la pirámide social, siendo víctimas de todas las dificultades.
También las comunidades indígenas han sufrido una situación histórica de discriminación. Dentro de que el conjunto de Brasil muestra evoluciones muy positivas en todos los indicadores de desarrollo social desde principios de los años noventa, se observan resultados comparativamente favorables para las comunidades negras en indicadores como la reducción del analfabetismo, el número de años de escolarización, el acceso a la enseñanza superior, el acceso a viviendas dignas y servicios sociales, entre otros. Aún así, las políticas generales no bastan para reducir las diferencias: hay que promover políticas específicas de acción afirmativa.
El objetivo estratégico que se persigue –añadió Edson Santos– es lograr una acción coordinada del Estado brasileño para lograr el éxito y también, a nivel internacional, colocar el tema de la igualdad étnico-racial en la agenda de Naciones Unidas para impulsar el cambio en el mundo entero y que las personas dejen de estar discriminadas por el color de su piel, su condición étnico-racial o su capacidad económica.

 

 

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