Revisando la Ayuda Oficial al Desarrollo en la era de los Objetivos de Desarrollo Sostenible

Los debates en torno a la agenda de desarrollo post-2015 han preparado el terreno para una nueva forma de concebir el desarrollo como un proceso multidimensional y global. También han impulsado la revisión y modernización del concepto y la concesionalidad de la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD).

Escrito originalmente para oecd-development-matters.org por Andrea Vignolo, Directora Ejecutiva de la Agencia Uruguaya para la Cooperación Internacional y Karen Van Rompaey, Gestora de conocimientos de la Agencia Uruguaya para la Cooperación Internacional.

 

Sustainable Development Goals_E_Final sizes

Los criterios de graduación y eligibilidad de la AOD se basan todavía fundamentalmente en el desempeño del crecimiento económico de los países. Un creciente consenso entre académicos, profesionales y comunidades políticas revela que la clasificación de los países según su renta per cápita no es adecuada para medir el bienestar o la sostenibilidad.  Además, no se ajusta a la finalidad de “no dejar a nadie atrás” de la era de los objetivos universales de desarrollo sostenible.

La obtención de un desarrollo sostenible es una tarea mucho más compleja que el logro del crecimiento económico. No solo precisa de esto, sino también del conocimiento específico, las tecnologías, los incentivos correctos y las capacidades institucionales para cambiar el modo en el que actualmente vivimos, trabajamos, producimos, consumimos, compartimos los frutos del crecimiento y tratamos al planeta. De otro modo, la búsqueda del crecimiento económico puede conducir a consecuencias negativas para el medio ambiente y las generaciones futuras.

Los países en vías de desarrollo de Renta Media o Alta han tenido acceso a una base de recursos domésticos mayor en la década previa para establecer sus prioridades de desarrollo. Han ayudado cada vez más a otros países en vías de desarrollo mediante la cooperación triangular y Sur-Sur. Como resultado de este crecimiento en su renta global, algunos de ellos, como Antigua y Barbuda, Chile y Uruguay, han sido recientemente clasificados como “países de renta alta”.

 

¿Se trata de buenas noticias?

A pesar del crecimiento previo y el progreso en algunos de sus indicadores de desarrollo humano, la mayor parte de estos países en vías de desarrollo con renta alta todavía poseen persistentes brechas estructurales y vulnerabilidades que constituyen obstáculos a su desarrollo. Deben cerrar esas brechas en materia de políticas, instituciones y capacidades para garantizar una coherencia de políticas que conduzca hacia el desarrollo sostenible. Tienen rezagos en lo que atañe al acceso, por ejemplo, a tecnologías y conocimientos, ambos catalizadores necesarios para transformar su modelo actual de crecimiento en desarrollo sostenible.

Además, el “ascenso del Sur” parece haberse detenido en América Latina y el Caribe (ALC), amenazando con poner en peligro todo el progreso conseguido hasta la fecha. Actualmente, la región de ALC está experimentando una ralentización en el comercio, una disminución en la inversión en infraestructuras físicas así como en capital humano e innovación y una reducción en el espacio fiscal. La vulnerabilidad externa sigue siendo muy alta ya que la mayoría de las economías de la región están poco diversificadas y son vulnerables al cambio climático.

Por ello, la AOD puede desempeñar un papel estratégico para ayudar a estos países en la transición necesaria para crear capacidades en áreas clave/asuntos políticos como las instituciones, las estructuras económicas, la gestión de riesgos, la cohesión social, la investigación e innovación/tecnología, para lograr de modo eficaz el desarrollo sostenible. Además, mediante la participación en esquemas de cooperación triangular, estos países en vías de desarrollo pueden ampliar su contribución al desarrollo sostenible global, al compartir sus experiencias, las lecciones aprendidas y las innovaciones en políticas.

La humanidad se encuentra en un punto crítico en el que resulta importante contar con las contribuciones y la ayuda de todos los implicados para lograr los objetivos globales de desarrollo sostenible. Por ello, es necesario trabajar para lograr un sistema integrador y no exclusivista de cooperación para el desarrollo que cumpla los compromisos realizados hasta la fecha.

Para que un sistema de cooperación internacional resulte verdaderamente integrador y no excluyente, debe suministrar los incentivos adecuados y vencer cualquier visión de suma cero en estos asuntos. Al tiempo que la AOD se debería enfocar en los países con mayores retos y menor capacidad de movilizar sus propios recursos, también debería ayudar a todos los países en vías de desarrollo según sus diferentes condiciones y necesidades. De este modo, podrán fortalecer sus capacidades y contribuir al desarrollo sostenible global.

Por último, resulta entonces necesario revisar los criterios actuales de graduación de la AOD  del Comité de Ayuda al Desarrollo de la OCDE, para incluir otros criterios multidimensionales de bienestar y sostenibilidad más allá del  PIB per cápita y un marco temporal  alternativo para la graduación, acorde con la amplitud tanto de los  retos como  los compromisos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

Ver todos los temas